Intervenciones

Hallux Rigidus

Cuando aparece artrosis en la primera articulación metatarsofalángica, se denomina HALLUX RIGIDUS. Esta condición implica crecimientos óseos alrededor de la articulación afectada, lo que provoca un aumento en el volumen articular y causa dolor por fricción al usar zapatos.

Hallux Rigidus

El hallux rigidus es el nombre dado a la artrosis primaria de la primera articulación metatarsofalángica, así como entre la cabeza del primer metatarsiano y sus sesamoideos.

Hallux Valgus

La deformidad más común es el HALLUX VALGUS (comúnmente llamado "juanete"). Afecta al primer radio del pie, donde las falanges están desviadas hacia afuera y el primer metatarsiano (el hueso largo del borde interno del pie) está desviado hacia adentro.

Cadera

El desgaste de la cadera suele ir acompañado de una reducción de la amplitud articular (rigidez) y, sobre todo, de dolor.

Rodilla

Your content goes here. Edit or remove this text inline or in the module Content settings. You can also style every aspect of this content in the module Design settings and even apply custom CSS to this text in the module Advanced settings.

Hallux Rigidus

En breve

El hallux rigidus es una forma de artrosis que afecta a la articulación del dedo gordo y provoca rigidez y dolor, incluso en reposo. Con el tiempo, pueden aparecer crecimientos óseos (osteofitos) que hacen que resulte doloroso calzarse.

Causas

Esta afección suele estar causada por el desgaste articular relacionado con la edad o por una predisposición anatómica. También puede verse agravada por el hallux valgus u otras deformidades del pie.

Intervención

Dependiendo de la gravedad, el tratamiento puede ser conservador, dirigido a preservar la articulación, o radical, con artrodesis (fusión articular) para aliviar el dolor.

Recuperación

Tras la operación, se lleva un vendaje durante 3 semanas y un zapato rígido durante 6 semanas. La marcha se reanuda gradualmente, con una vuelta al trabajo entre 2 y 3 meses.

3 Hallux Rigidus

¿De qué se trata?

Cuando aparece artrosis en la primera articulación metatarsofalángica, se denomina HALLUX RIGIDUS. Esto se asocia con rigidez y dolor en el dedo gordo del pie, incluso en reposo. Es común que aparezcan osteofitos. Estas son protuberancias óseas alrededor de la articulación afectada, lo que provoca un aumento en el volumen articular y causa dolor por fricción al usar zapatos.
Esta artrosis puede complicar una deformidad HALLUX VALGUS.
Dependiendo del grado de desgaste, el cirujano puede sugerir una TRATAMIENTO CONSERVADOR que preservará la articulación al tiempo que la descomprime mediante osteotomías a ambos lados del espacio articular en cuestión. Resección de la Pueden asociarse osteofitos.
Si la rigidez es demasiado grande, el TRATAMIENTO se dice RADICAL. En este caso, la articulación se elimina fusionando los dos huesos a ambos lados de la articulación (ARTRODESIS METATARSOFALÁNGICA). Este gesto no bloquea el pie en el sentido estricto de la palabra; sólo fija una de un gran número de articulaciones.
El hallux rigidus puede producirse en el contexto de una deformidad global del pie que combine hallux valgus, dedos en garra, pie plano o hueco, etc. Su cirujano puede sugerirle que combine la artrodesis con otros procedimientos complementarios. Como consecuencia del acortamiento del primer rayo (dedo gordo), los dedos meñiques pueden alargarse demasiado, lo que provoca metatarsalgia de transferencia (dolor bajo la planta del pie). Esta complicación debe evitarse mediante osteotomías coadyuvantes para retrasar los metatarsianos laterales, que el cirujano propone caso por caso.

El procedimiento médico (artrodesis)

La artrodesis consiste en extirpar las superficies articulares a ambos lados de la articulación metatarsofalángica y fusionar las superficies óseas resultantes. La fusión se consigue comprimiendo las superficies óseas mediante tres o cuatro tornillos, que se dejan colocados de forma permanente.

Existen otras técnicas de fijación, en particular las placas atornilladas. La elección de la técnica depende del grado de desgaste, la calidad del hueso y las deformidades asociadas.

Existen prótesis para el dedo gordo del pie. Sin embargo, no han resultado eficaces y su uso se ha ido abandonando progresivamente en Francia.

Hospitalización

Por lo general, será hospitalizado en régimen ambulatorio. La hospitalización convencional también es posible si el contexto médico y social lo requiere. La anestesia puede ser raquídea (como la epidural), general o loco-regional. La decisión se toma con usted durante la consulta preoperatoria con el anestesista.

Una vez terminada la operación, volverá a su habitación tras ser vigilado durante un breve periodo de tiempo en la sala de recuperación. Se le explicará cómo caminar con el zapato de descarga y cómo utilizar las bolsas de crioterapia, que son muy eficaces para reducir el dolor y la inflamación.

Se va a casa (acompañado por un familiar o en taxi/ambulancia si no hay nadie disponible para recogerle) con el vendaje hecho en quirófano por su cirujano. Este vendaje es para mantenerlo seco, sin cambiarlohasta aproximadamente el 18º día postoperatorio.

$

Tras la hospitalización

Su cirujano le vendará la herida en el quirófano. Este vendaje debe mantenerse hasta el decimoctavo día postoperatorio.

El apoyo está protegido durante las 6 primeras semanas por un zapato con suela rígida. Los bastones no son necesarios para llevar este zapato, pero su uso no está prohibido en caso de dificultad para apoyarse los primeros días. El zapato se le prescribe en cuanto se programa la operación para que pueda practicar a ponérselo y llevarlo en casa la semana anterior a la operación.

En el postoperatorio, se recomienda alternar la marcha y la elevación. del pie operado lo más a menudo posible (pie sobre un cojín en la cama, pie sobre una silla en posición sentada, pie en el asiento trasero de un coche, etc.). Esto se debe a que la posición hacia abajo (con el pie hacia abajo) provoca hinchazón, lo que puede aumentar el dolor y hacer que el vendaje quede demasiado apretado. El pie operado debe apoyarse regularmente de 5 a 10 minutos cada media hora. Este apoyo estimula el hueso para una mejor consolidación, pero también reduce el riesgo de flebitis y le permite seguir siendo independiente, incluso en las escaleras.

Se prescribe sistemáticamente un tratamiento anticoagulante durante los 14 primeros días del postoperatorio para prevenir la flebitis. El tratamiento analgésico debe tomarse según lo prescrito por su cirujano, pero puede reajustarse en función de la evolución del dolor.

No se recomienda conducir con calzado médico. Sin embargo, es posible cambiar de calzado una vez sentado al volante, una vez retirado el vendaje.

A partir de la 6ª semana, en la mayoría de los casos, se puede reanudar el apoyo completo. La reanudación de la marcha será progresiva, ya que el calzado no siempre es inmediato debido al edema, que varía de un paciente a otro. Se le propondrán ejercicios de autoeducación asociados a las sesiones de fisioterapia, en particular para drenar.

La reanudación del trabajo varía en función de la amplitud de la deformidad a corregir y del tipo de trabajo que realice, normalmente a partir de la 6ª semana. Alrededor del 3er mes, cuando el pie se haya deshinchado, se le prescribirán unas plantillas ortopédicas para ayudar al pie a recuperar un apoyo uniforme.

Imágenes

Posibles complicaciones

Infección del pie

La infección del pie es poco frecuente. Sin embargo, el riesgo aumenta cuando existen otras enfermedades asociadas, como diabetes o arteritis. El tabaquismo es también un factor de riesgo adicional.

Flebitis

La flebitis se previene con tratamiento anticoagulante, y debe detectarse si aparece dolor en la pantorrilla mediante una ecografía Doppler que puede prescribirle su médico de cabecera o cirujano.

Desplazamiento de la artrodesis o incluso pseudoartrodesis.

A pesar de la fijación con tornillos, el hecho de no llevar el zapato médico o caminar demasiado puede provocar esta complicación. En caso de desplazamiento importante, puede comprometer el resultado final. En caso de pseudoartrosis, puede ser necesaria una nueva intervención quirúrgica.

Algodistrofia

Se trata de una afección que puede afectar a cualquier articulación tras un traumatismo. Se manifiesta por una hinchazón inusual, rigidez y dolor. La algodistrofia puede prolongar el periodo de convalecencia entre 6 meses y 2 años. Su aparición es relativamente rara y debe prevenirse mediante un tratamiento analgésico escrupuloso, combinado con el reposo del pie operado según las recomendaciones de su cirujano.

Paraestesia

Se trata de sensaciones de descargas eléctricas en los dedos de los pies o, por el contrario, de una disminución de la sensibilidad cutánea. Estos fenómenos se producen en todas las intervenciones quirúrgicas de las extremidades, ya que los dedos de los pies están inervados por nervios terminales muy finos, que el cirujano no siempre puede evitar ni visualizar. La mayoría de las veces, la reinervación se produce más de un año después de la operación y estos fenómenos desaparecen, pero pueden persistir molestias permanentes.

Edema

El pie permanece hinchado durante varios meses después de la operación y tenderá a hincharse especialmente al final del día durante el primer año después de la cirugía. El edema es especialmente importante si existen trastornos subyacentes del retorno venoso (varices). Su cirujano puede prescribirle masajes drenantes. Se recomienda llevar calcetines bajos de sujeción durante los primeros meses tras la recolocación del pie. Las recomendaciones de elevación siguen siendo válidas incluso después de que el pie vuelva a caminar.

La aparición de otras deformaciones

La fijación de un hallux varus, especialmente si corrige un hallux valgus asociado, puede provocar la descompensación de otras deformidades, sobre todo en los dedos meñiques. Si esto resulta molesto y el uso de plantillas ortopédicas no es suficiente, el cirujano puede sugerir una intervención quirúrgica adicional.

Necrosis del dedo del pie

Esta complicación, afortunadamente muy rara pero dramática, puede producirse en los dedos meñiques cuando la deformidad es muy grande y antigua, y el riesgo es mayor en las personas mayores de 70 años o que padecen arteritis. La corrección quirúrgica puede provocar entonces una isquemia del dedo, que puede conducir a la necrosis e incluso a la amputación.

Muerte

Cualquier intervención quirúrgica, por pequeña que sea, puede provocar una embolia pulmonar o una alergia a los productos anestésicos, que pueden ser mortales. Por eso su cirujano puede decidir no operarle, aunque tenga deformidades importantes, si su estado de salud no se lo permite.

Esta lista de complicaciones pretende informarle, no asustarle. Su cirujano es un profesional que le propone un tratamiento para tratar una enfermedad o deformidad. Trabajará con usted para sopesar los riesgos y beneficios del tratamiento.ʼy usted es siempre libre de decidir si interviene o no.ʼaceptar o rechazar la operación. El seguimiento postoperatorio nos permite detectar estas complicaciones y ofrecerle un tratamiento adecuado en caso necesario.

El resultado estético puede parecer a veces decepcionante, pero elʼEl objetivo principal de esta cirugía sigue siendo funcional y analgésico.

Consulta

Concierte una cita con
Dr. Paul MIELCAREK

Pedir Cita

Puede concertar una cita con el médico directamente en Docolib a través de la página Contacto.

Teleconsulta

Visite Consulib para reservar una cita de teleconsulta con el Dr. Paul Mielcarek.

Armario

5 Rue de la Coopérative, HALL 1, 67000 Estrasburgo, le da la bienvenida de lunes a viernes, de 8.00 a 12.00 y de 14.00 a 18.00 horas.

es_ESSpanish